viernes, 18 de mayo de 2012

La entrada es gratuita

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Creamos una mascota, un peinado, un color de uñas. Nos maquillamos y armamos un lindo día.
Creamos la tristeza, la nostalgia y recurrimos a ella cada vez que no tenemos algo mejor que hacer.
Nos quedamos con la melancolía y le ponemos entusiasmo en ese papel.
Y a veces, días como hoy, tenemos ganas de pensar un poco en eso.
Mirar por el retrovisor al tipo de atrás, a la señora que charla en la vereda y al pibe que se sienta en la esquina de la biblioteca a esperar que llegue algo inesperado.
El perro de al lado hace un ruido insoportable y aunque arreglé una lámpara vieja, quemé dos lamparitas en 3 segundos.
Antes, esas cosas me pasaban.  Ahora solo pasan, y eso es lo más lindo que aprendí desde que solté una mano que pensé que me iba a acompañar toda la vida.

No hay nada que soltar, las cosas están ahí para verlas y sentirlas.
¿Quién tiene boletos para la feria?

lunes, 23 de abril de 2012

Balance

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Tenía una pareja, una gata y muchas plantas. La gata se quedó con mis viejos, mi pareja se fue y las plantas se multiplican en mi patio. Digamos que perder, no perdí nada.

martes, 10 de abril de 2012

Créase o no


Todos alguna vez sufrimos, nos angustiamos y creemos que nuestros problemas son y serán los más interesantes.
Creemos y con eso basta. No importa qué tan lejos esté de la realidad. No existe una realidad por fuera de lo que creamos.
Y hoy estaba creyendo en ese dolor.
Después de vivir 90 días en un vaivén de tristeza y autocompasión. De cólera y amor propio, había caído en lo más bajo de esta tierra: estaba creyendo que mi vida se desmoronaba. Y así como lo creí, lo cree.
Hoy existe, es grande y pesada. Es una bola que va juntando cada basurita que se encuentra en su camino y se la lleva consigo. Porque todo lo que pisa es basurita. Y dejó de creer en las buenas noticias. 
Hoy extraño a mis abuelos, a mi infancia, a la nena que fui. A tener todo por delante, a mi novio, a mis proyectos, a mis futuros hijos.
De repente hoy, dejé de sentir eso que nos mantiene vivos. Y se me llenaron los pulmones, el corazón y cada órgano de mi vida con dolor.
Y aunque nunca tuve realmente nada, hoy cree la sensación de perderlo todo.