lunes, 30 de agosto de 2010

Santa Rosa y otros amores

Siempre pensamos lo que es justo y lo que no. Y nos encanta regocijarnos en lo que justamente no lo es. Así, las pestes nos rodean y es esa amargura la que nos permite soltar palabras y escribir sin hacer cuentos de hadas.
Siempre se habla de perder y de ganar, como si las dialécticas de una hueca e insensata estructura que venía de antemano, nos obligara a elegir entre una y otra.
Siempre es aconsejable recordar lo que perdimos con dolor. Porque así en el fondo es como nos gusta sentirnos. Cómodos y libres de culpa.
Siempre hasta hoy.
Que me desperté pensando que estaba bien que sea así, que nunca hubiese llegado si vos no te ibas primero. Que los cambios, las mudanzas y el amor tienen indefectiblemente que ser así, de un momento al otro. Y porque al revés de lo que nos enseñaron, primero se muere y luego se nace.