viernes, 29 de mayo de 2009

Vocación

Anita llega del almacén con los ingredientes que le estaban faltando para preparar la torta de cumpleaños más importante de su vida.
Dulce de leche, chocolate y una bolsita con confites de colores. Las velitas se las trae Nicolás cuando llegue de trabajar.
La impecable cocina empieza a volverse mucho más cocina cuando Anita bate los huevos, tamiza la harina, agrega dos tazas de azúcar y condimenta con tres gotitas de esencia de vainilla.
La masa está lista. Después quedará pendiente la decoración y las velitas de Nicolás.
La página sesenta y dos del libro de Narda Lepes aclara: “De cuarenta a cuarenta y cinco minutos en horno moderado”.
Anita duda. Los cinco minutos opcionales pueden hacer que el bizcochuelo se desinfle por sacarlo antes o bien se queme por llegar tarde.
Así que para no perderle el ojo a su obra maestra, Anita abre la tapa del horno y por las dudas, se mete junto a la futura torta durante los cuarenta o cuarenta y cinco minutos de cocción. No vaya a ser que por su culpa se arruine un cumpleaños.
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